Gripe
La gripe se debe principalmente a un aumento en la vulnerabilidad del cuerpo a los gérmenes de la gripe, provocado por una intensa toxemia del organismo, que resulta de la excesiva retención de desechos tóxicos que disminuyen la inmunidad. La gripe es más común en invierno debido a que en esta estación el cuerpo excreta los desechos más lentamente y las personas suelen consumir menos alimentos frescos y crudos. Los tejidos intoxicados, principalmente en el aparato respiratorio, se convierten en caldo de cultivo para las bacterias patógenas transportadas por el aire. Como en todos los trastornos similares, la primera medida eficaz es un breve ayuno terapéutico con irrigaciones colónicas diarias para eliminar la toxemia, seguido de una terapia nutricional.
Rábano picante y zumo de limón:
Los potentes efluvios del rábano picante recién rallado disuelven rápidamente las mucosidades de los bronquios y los senos nasales. Su combinación con zumo de limón fresco potencia aún más su eficacia. Llene un tazón con rábano picante rallado, añada suficiente zumo de limón fresco para formar una pasta y consúmalo en ½ cucharadita, 2-3 veces al día, según se necesite.
Zumo de zanahoria, apio, perejil y espinaca:
Esta mezcla es muy rica en potasio, que reduce rápidamente la acidez del organismo, iniciando así el proceso de desintoxicación necesario para la curación y recuperación completas. Además, contiene minerales orgánicos y otros nutrientes necesarios para sustentar a los pacientes convalecientes sin sobrecargarlos con alimentos sólidos. La proporción es de 8 partes de zanahoria, 4 partes de apio, 2 partes de perejil y 4 partes de espinaca. Consuma entre ½ y 1 litro al día, en pequeñas dosis a lo largo del día.
Otros alimentos beneficiosos:
Zumo de lechuga, zumo de zanahoria y rábano, puré de limón entero, zumo de pomelo (en agua destilada tibia), agua destilada tibia.
Alimentos a evitar:
Todos los alimentos sólidos y cocidos, leche pasteurizada, café, té, refrescos carbonatados y dulces.