Asma

El asma es una grave dificultad para respirar, causada por la incapacidad de expulsar completamente el aire viciado de los pulmones. La acumulación de mucosidad en los pulmones y el consiguiente bloqueo de las vías respiratorias impiden la salida normal del aire, aunque no su entrada. Las principales causas dietéticas son la leche pasteurizada y las féculas refinadas.

Rábano picante y zumo de limón:

Los potentes efluvios del rábano picante recién rallado disuelven rápidamente las mucosidades de los bronquios y los senos nasales. Su combinación con zumo de limón fresco potencia aún más su eficacia. Llene un tazón con rábano picante rallado, añada suficiente zumo de limón fresco para formar una pasta y consúmalo en ½ cucharadita, 2-3 veces al día, según se necesite.

Zumo de zanahoria y rábano:

El zumo de rábano fresco tiene efectos similares al rábano picante, pero más suaves. No obstante, es demasiado fuerte para beberlo solo, por lo que debe combinarse con zumo de zanahoria (5 partes de rábano por 11 partes de zanahoria), bebiendo ½ litro al día.

Arándanos:

El arándano contiene uno de los vasodilatadores naturales más poderosos, que abre los bronquios congestionados y restablece la respiración normal. Los arándanos son una excelente terapia curativa y preventiva para todo el aparato respiratorio. Para prepararlos, hierva los arándanos frescos con suficiente agua para cubrirlos, mantenga el hervor durante 2-3 minutos, luego vierta el agua sobrante y pase los arándanos por la batidora hasta obtener un puré. Retire las pieles y guarde la pulpa en el frigorífico. Cuando se presente el asma o cualquier dificultad respiratoria, disuelva 2 cucharaditas en un vaso de agua destilada tibia y consúmalo lentamente.

Ajo:

El ajo crudo contiene poderosas enzimas y vapores que disuelven la mucosidad de los pulmones y bronquios, ayudando a restaurar la respiración normal. Además, elimina las bacterias de las vías respiratorias, previniendo infecciones. Consuma entre 3 y 5 dientes de ajo al día.

Otros alimentos beneficiosos:

Aceite de germen de trigo, semillas de calabaza, semillas de girasol, zumo de apio, nabos, espinacas crudas.

Alimentos a evitar:

Leche y productos lácteos pasteurizados, huevos cocidos, féculas refinadas, especialmente la harina blanca.